Rainy Days

La mayoría de la gente se entristece con los días de lluvia: Bajan la temperaturas, las luminosidad disminuye, apetece menos salir de casa... He de decir que no es mi caso, a mí me gusta la lluvia, y más en esta época del año. Adoro el otoño porque para mí significa cambio, renovarse, nuevos proyectos... Y si a esto le añadimos unas gotitas de lluvia, le daremos un toque melancólico.

Como anécdota, me gustaría contaros varios momentos en mi vida que han estado marcados por la lluvia:


1) 7 de Octubre de 1993. 18h.
Llamada de mi tío: Ya ha nacido...
¿Y cómo es? pregunto yo.
Muy pequeñita, responde él.

Con casi nueve años, salté de alegría... Acababa de nacer mi primera primita. Mi madre cogió el coche y nos fuimos al hospital a verla. Con tanta agua y yo no veía el momento de llegar, ¡estaba tan nerviosa! Creo que esa fue la primera vez que era consciente de lo que era un chaparrón en condiciones. Pero cuando llegamos allí estaba ella, pequeña, sonrojada, morenita... Era mi primita, mi enana.


2) 23 de Junio de 2005. 21h. Madrid.
Un calor asfixiante, sudor por todas partes y los nervios a flor de piel. Así recuerdo mi Graduación. Fue al aire libre. Dentro de lo que cabe tuvimos suerte de acabar la ceremonia "secos", porque cuando nos acercamos a tomar el "canapiés" que nos tenía preparado la Universidad, comenzó a caer una buena tormenta. Entre el barullo y los truenos acabé perdiendo a mis padres entre el gentío, con los que me encontré más de media hora después... Por cierto, nos quedamos sin cenar.

3)
Septiembre de 2006. 9:30h. En algún lugar de la carretera.
A las 8:55 recibo una llamada. Las órdenes son claras y contu
ndentes: Tengo que estar en "Pueblo X" antes de las 10, debo buscarme la vida cuando llegue porque la otra empleada no está. Aún con la legaña en el ojo arranco el coche, salgo a la autovía y... ¡Sí! Lluvia! El primer gran chaparrón del otoño. Sola en el coche lloré, maldije e insulté a la Administración por ser tan cruel y no entender que vivo a más de una hora del pueblo en cuestión. Pero al final llegué. Tarde, pero sana y salva. Y me pagaron muy bien, todo hay que decirlo ;)

4) 3 de Octubre de 2007. En otro lugar de la carretera.

Por mucho que planees algo, siempre acaban sucediendo cosas que hacen replantearte tu vida. Y ahí me encontraba yo. En un cruce, intentando decidir el camino a elegir. Valorando pros y contras... Ahora la elección está hecha y la lluvia, inseparable compañera me acompaña en mi decisión.



Cambios de dirección, elecciones, nuevas etapas, regresos y comienzos. Eso es para mí la lluvia.




Y a vosotr@s, ¿os gusta la lluvia?









26 confesiones:

AdR dijo...

Tu narración del nacimiento de tu prima me ha hecho recordar el día en que nació mi hermana pequeña :) Auque la lluvia no hizo acto de presencia fue algo igual de mágico.

Para mí la lluvia es un beso robado en el portal de una vieja casa

Anónimo dijo...

Hay palabras que suben como el humo, y otras que caen como la lluvia....
me encantan los dias de lluvia, son tan literarios...
Abrazos.

Anónimo dijo...

Que bonita descripción de la lluvia, yo también tengo un apego especial con ella, me hace sentir distinta, no sé, como que todo es más mágico.
Un besazo enorme mi niña!!!

Juanjo Montoliu dijo...

¿Más cambios, niña? ¿Más encrucijadas?

Una vez más:

¡Suerte!

Y besos.

Anónimo dijo...

que lindos recuerdos. bue, tal vez el del trabajo no, pero los demás sí.

a mi la lluvia me trae recuerdos de otra índole. más bien cosas raras que me pasaron "con" la lluvia.

te las cuento???

1ro) año 1983, en el primer grado de la escuela. me escapé de clases y me volvía a casa solo bajo la lluvia. el viento me hacía volar y me arrastraba de a trancos de 7 u 8 metros. cuando llegué a casa mi vieja casi me mata. cuando terminé de sacarme la ropa mojada le digo: mami, los calzoncillos no me los mojé, viste???

2do) unos años después. volvia caminando de la casa de mi abuela y siento como un repiqueter detras mio. cuando me vuelvo a ver veo que una cortina de agua avanzaba hacia mí. corri las dos cuadras que me separaban de mi casa para no mojarme, con el agua pisandome los talones. no llegué. el agua me alcanzó 20 metros antes de que llegue sano, seco y a salvo a casa.

3ro) por la misma época. sentados en el asiento de atrás del auto veo que se larga a llover. le comento a mi hermano eso y el me dice: donde está lloviendo. Afuera, le digo yo. cuando miro por la ventanilla de él ni una gota de agua se veía, en cambio por la mia se veia caer una fina llovizna.

sevemos

tootels dijo...

para mi la lluvia son pequeños golpes de energía que nos dan vida.. siempre estará a nuestro lado..

Esscarolo dijo...

Yo creo que por muy natural que sea y por millones de años que llevemos como especie viendo llover, el que caiga agua del cielo sigue siendo un espectáculo sorprendente y hasta impresionante al que no nos acostumbramos del todo (quizás es diferente en sitios muy lluviosos)

Besos... dulces :)

Verónica Wong dijo...

A mí me encanta la lluvia y las tormentas (que lásitma que aquí llueva poquito), pero no me gusta el otoño... me deprimo siempree!!

Anónimo dijo...

Hay que ver, menuda temproada de elecciones máximas que llevamos las dos... Pero no te preocupes, verás como estás eligiendo correctamente y todo sale bien :-). ¡Un besazo!.

Drecik dijo...

Ups!! Yo también he tenido cambios drásticos en mi vida durante los cuales ha llovido... ¡qué cosas!
Recuérdame algún día escribir algo sobre ello.
Ah, por cierto, ¿de qué trata esa encrucijada en la que has tenido que elegir? ¡¡Jopeta de las jopetas!! Siempre dejando la miel en los labios...;-)
Un saludo

Unknown dijo...

La lluvia es vida, es alivio. Quizá esté acompañandote, porque va borrando a tu paso, las heridas de tu alma.
Amo salir a caminar bajo la lluvia, es maravilloso.
Abrazos

EleN dijo...

Síii, a mi tambien me encanta la lluvia, pero cuando estoy en casa claro jejeje. Que oscurece pronto y tu dentro de casa calentita y viendo una peli con el chico... ohh que románticooo

Pugliesino dijo...

Mediodía del viernes, orbaya en la alameda principal. El semáforo en ambar y me dispongo a cruzar al otro lado. De repente una voz escucho tras de mi "Cuidado!" Me giro y justo en ese momento pasa casi rozándome a gran velocidad un taxi. Lo sigo con la mirada diciéndole con ella de todo en esos segundos. Tras ellos vuelvo a girarme en busca de la persona que me avisó y... nadie sabe por donde se fue.
Creo que del cielo a veces llueve algo mas que agua,
tiene que ser así,
no sé,
pero nací el viernes.
Un abrazo princess!

Anónimo dijo...

A mi los días de lluvia ni me gustan nada de nada, me ponen triste, bueno, más que triste de mala leche xD

Mua!

Meri dijo...

Me gusta la lluvia cuando estoy en casa. Me trae recuerdos de niña de estar en otoño tomando una taza de chocolate caliente con tostadas preparadas por mi madre mientras escuchaba las gotas golpear con el cristal. Revivo tardes acurrucada en el sofá tapada con una mantita viendo cualquier peli bien acompañada mientras fuera caia un buen chaparrón. Es agradable..

Felices sensaciones transmites con tus experiencias lluviosas..Espero que esta nueva lluvia traiga cambios positivos a tu vida.

Suerte en tu nuevo caminar!

Anónimo dijo...

Ya sea porque al principio vamos al colegio, o después a la academia. Ya sea porque cuando trabajamos tenemos la costumbre de irnos de vacaciones en verano, al final, el verdadero fin de año se produce con la llegada del otoño.

Me encanta la lluvia principalmente porque siempre ha significado quedarse en casa. Es como si quedarse en casa a leer o ver una peli o lo que sea, tuviese un encanto especial cuando estas alentado por el clima lluvioso.

Siempre me ha gustado la lluvia, salvo este año que lamentablemente solo ha llovido para recordarme lágrimas recientes.

Nebulina dijo...

a mí me encanta la lluvia...me gusta el olor a ozono y me cambia el humor (aunque necesito algo de luz, que si el cielo está gris mucho tiempo seguido me pongo triste) Cuando estuve en Escocia la gente se asombraba cuando me escuchaban decirq ue quería que lloviese... no sé, yo también lo relaciono con cosas positivas^^
Un besazo!!

Raquel dijo...

Sí que me gusta la lluvia además a mi también me ''persigue'' cuando nací llovía, cuando me bautizaron llovía, cuando tomé la primera comunión llovía, cuando se casó mi hermano llovió, cuando nació mi sobrinita Elena llovió.... y sigue :) además de ser mi musa, ella me inspira los que, para mí, son mis mejores escritos.
Un besazo guapa.

Raquel.

Anónimo dijo...

Oye pues parece una buena señal, ehm...

Un besito guapa, mucha suerte en tu nuevo comienzo :)

Luli dijo...

Días lluviosos. me encanta la lluvia y su olor, los charcos del parque, meter los pies en el agua, el frio al llegar a casa, el cafe caliente.

Como Tu, adoro la lluvia

Abrazos

Rodavlas dijo...

A mi me encanta la lluvia... cuanto mas fuerte mejor.. cuanto más gris esté el cielo mas bonito, cuanto mas relampagos haya... mas feliz soy... (Pero siempre, me gusta ver la lluvia en mi salón)...

saludos...

Mónica dijo...

A mi aún me kedan algunos días más, mi cumple es el 20 de noviembre.

Un besito muy gordo.


Buenas noches!

Amorexia. dijo...

Siempre maravillosa, mi hija hace llover cuando estoy triste para que deje de llover, y alguna vez ella me extraño en la lluvia...

***Pr!nCe$$ ºf Swe3t P@!n*** dijo...

a mi me encantan los dias de lluvia, el olor de la tierra mojada simplemente le da al dia un toque magico.

LaPeceraDePoe dijo...

El otoño es un dardo de fuego, viene cargado del aliento del invierno y del hálito del año que se va, y tú tienes que agachar la cabeza para que no te mate.
Apenas te habías despojado de la modorra estival y ya están aquí las hojas cayendo, húmedas por la llovizna lagrimal, y ha vuelto ese viento frío que se te aloja en el alma. Es el mismo nudo que tú sientes algunas mañanas al levantarte, al comprobar que el sol gandulea y aún es de noche, y también cuando vuelves a casa, sorprendido de que sea noche cerrada. Te da por pensar que la oscuridad se ha apropiado del mundo, pero pronto apartas ese pensamiento, pues tú continuarás haciendo el mismo trayecto. De todos modos encenderás la radio, y con el primer sorbo de café y las primeras palabras del locutor comprenderás que el mundo sigue en su sitio y que el tuyo es acompañarlo, amoldándote a él.
Es entonces cuando te pondrás tu armadura, y aunque algunas noticias se conviertan en dardos que se clavarán en ella, no por eso dejarás de limpiarla, de acicalar tu esplendor de caballero.
Tú has venido a ocupar un único lugar en el mundo, reservado para ti. Y aunque a menudo dudes de esas palabras, no por ello dejaras de prepararte todos los días para tu particular batalla.
Has aprendido que los campos y los ejércitos son diferentes, pero que lo esencial no cambia. Eres tú. La misma manera de enfrentarte al mundo. No te importe entonces que a ratos todo parezca salir mal o salir bien; para bien o para mal, lo que te sucede es el resultado de tu carácter, de tus decisiones y tus actos, o de las que otros tomaron o no llegaron ni siquiera a germinar, y si hay cosas que no controlas es porque, simplemente no están en tu mano. Lo que importa es que puedes disfrutar de un día más,
Por mucha maleza que haya delante fíjate en las cosas buenas, y si contigo se enfrenta un caballero, admira primero la elegancia de su planta y la inteligencia de sus palabras, tan parecidas a las tuyas, y antes de sacar la espada tiéndele la mano e incluso préstale tu escudo. Muéstrale tu propia armadura, repleta de dardos como la suya, y tal vez podáis charlar un rato, curar entre los dos vuestras heridas. Piensa que lo que dejes de hacer ahora, ya no lo harás, piensa que quien ama perdona mientras que quien no ama olvida, y no te reproches los encuentros y lo que algunos no llegaron a hacer, quizás el camino estuviese trazado así; por eso cuando el desánimo venga a visitarte despáchalo con firmeza y amabilidad.
Entre la idea que te hiciste de ti y lo que eres hoy, sólo media una forma de ver el mundo, y hay tantos espejos como edades. Detrás de esa arruga o cicatriz se esconde el niño que fuiste, pero también a fuerza de sonreír se marcan los pliegues de una madurez apacible.
Entonces estira el brazo tranquilamente. Sujeta la empuñadura con fuerza pero también con suavidad, y al tensar el arco recuerda que eres el arquero pero también la flecha lanzada desde el vacío a tu propia eternidad.
“Per áspera ad astra” (a través de las dificultades hasta las estrellas).

Victoria dijo...

Estoy con Tam. Con esos antecedentes, es buena señal ^^