11 de Marzo

*Quería haber publicado esta entrada ayer, día 11 de Marzo, como homenaje y en recuerdo del 5º aniversario, pero, me fue imposible.




Hace exactamente 5 años estaba en la Universidad. Esto no tendría nada de importante si no fuera porque estudié en Madrid.

Aquella mañana de jueves de 11 de Marzo parecía ser un día como otro cualquiera. Me levanté con sueño, me duché, y me vestí. Ese día decidí estrenar una camiseta azul en la que, con letras blancas, se podía leer: "Hogar de Esperanza". Bajé al comedor de mi residencia para desayunar. Mientras esperaba a una compañera, oí a los chicos de la mesa de al lado comentar algo sobre un atentado, nada grave, dijeron, y siguieron hablando de sus cosas. A llegar mi amiga hablamos sobre ello, pero ninguna de las dos sabíamos qué era exactamente lo que había ocurrido. Cuando terminamos de desayunar salimos en dirección a la facultad, pero, cuál fue mi sorpresa cuando antes de salir de la residencia, al pasar por la sala de proyecciones no cabía un alma. Me puse de puntillas para intentar ver algo, y lo que ví me heló el alma. Las imágenes de un tren completamente destrozado llenaban la pantalla. Al parecer había sido en Madrid. Eran las 8:30 de la mañana. La gente de la sala no hablaba, el bedel de nuestra residencia tenía los ojos rojos.


Mi móvil empezó a sonar. Aunque yo no utilizaba el metro para ir a la universidad, ni tampoco estaba cerca de la zona, padres, amigos y demás familiares comenzaron a llamarme. Estoy bien, sí, no sé nada, me acabo de enterar. Fueron las únicas frases que pude articular.

Llegamos a clase, el ambiente era tenso, nervioso, caótico. Dos compañeros que sí venían en metro no habían llegado. Mi mejor amigo (que estudiaba también en Madrid) no cogía el teléfono. Fue imposible dar la hora entera. La profesora nos dejó marchar. La gente corría por los pasillos. Había lágrimas y caras desencajadas.
Se suspendieron las clases oficialmente. Luego le siguieron las concentraciones silenciosas y las manos blancas en un día gris. Gris y triste. Después hubo lluvia y manifestaciones multitudinarias.

Tristeza, rabia, impotencia.



No volví a ponerme esa camiseta.










8 confesiones:

Anónimo dijo...

Hola!
Qué blog más bonito! No he conocido su aspecto antes y no puedo opinar, pero este me gusta.
Horrible ese día para todos, pero viviendo tan cerca seguro que hay recuerdos que nunca olvidarás, como el de la camiseta.
Esperemos que no haya jamás algo así de nuevo.
Un saludo.

shopgirl dijo...

Aún recuerdo ese día y se me nublan los ojos. Lo pasé fatal, nunca me había afectado tanto un atentado hasta entonces y lloraba cada dos por tres. El día de la manifestación apenas pude contener las lágrimas.

Sara dijo...

Fue un día muy duro para todos los que lo vivimos... aún me estremezco al recordarlo.

X dijo...

Ese día no lo olvidaremos nunca, ni siquiera los que no estábamos tan cerca. Y se harán canciones maravillosas y se escribirán relatos emotivos por los siglos de los siglos, y ello estará bien.

Un abrazo y espero que recuperes esa camiseta el día que la religión, la vida y la muerte se den la mano.

AdR dijo...

( silencio )

Anónimo dijo...

No soy de Madrid, pero se me estremece el alma sólo de pensar en aquél día.

El post y la canción han acentuado de nuevo las emociones y las tengo aquí, a flor de piel, temblando.

Ailën dijo...

Siempre recordaré ese día, y los siguientes, con un estremecimiento. Aunque no sea de Madrid y por aquél entonces no conociera a muchos de allí...

Nebulina dijo...

Fueron días que nos marcaron a todos..
un besazo!