Después de todos estos años...

Una pesadilla, una broma de mal gusto. Una paranoia surrealista.

Eso es lo que parece.

Después de todo este tiempo, de todos los momentos vividos: Las risas, los llantos, las confidencias, los mosqueos, las fiestas, las fotos, los regalos, los viajes, los emails, los cafés, las cenas... Después de infinidas de cosas que no se pueden contar. ¿Así me pagas nuestra amistad?

Atente a las consecuencias. No doy segundas oportunidades.


A la mierda tú y la puta farsa que te has montado.




Nunca una canción reflejó también una situación. Una experiencia. Un sentimiento.






V_2

Año Nuevo, turno nuevo. Después de haber pasado tres meses de tarde (mira que costaba, pero al final se había acostumbrado al horario), pasaba al turno de mañana. De nuevo madrugones, evitar acostarse tarde, la bendita siesta, tener las tardes libres... Pero, al fin y al cabo, era trabajo, y no estaban las cosas como para quejarse. Además, le gustaba lo que hacía y disfrutaba con ello.
La semana empezaba bien, después de Nochevieja, se encontraban en la última semana de Navidad así que, en principio, el trabajo se preveía tranquilo.
Y así fue, el lunes, los pacientes se habían hecho a la idea de que tenían nueva fisio, y se mostraban receptivos a los cambios. Incluso el chico sudamericano que no la miraba, un tímido al que había que sacarle las palabras con sacacorchos.
El martes todo seguía su curso, la máquina de las corrientes seguía sin funcionar (lo cual no era ninguna novedad, pero los del cable habían prometido mandar uno nuevo), la gente hacía su rehabilitación y se hablaba del Roscón de Reyes y de los regalos que se esperaba que llevasen Sus Majestades de Oriente a los hogares.

En algún momento entre la movilización de la metacarpofalángia y la interfalángica del primer dedo de la mano izquierda del chico joven, éste le preguntó que cuándo podía invitarla a tomarla un café.
Parada en seco. ¿Había oído bien? Sí, había oído bien.
Bueno, al fin y al cabo no era tan raro. Durante la rehabilitación se tiene mucho trato con los pacientes, y, en general quedan muy agradecidos del trato recibido. Así que no era la primera vez que la invitaban a tomar un café. Lo que sí constituía una novedad, era que un paciente la invitara a los dos días de haber empezado el tratamiento.

No, no iba a caer en tentaciones, era una profesional y se comportaría como tal
. Miró al chico a los ojos. En sus palabras y en su mirada había algo más y no tenía ninguna intención de averiguar qué era.




V.1

No quería ir, por eso cuando le avisaron, apagó el móvil. Si lo tenía apagado, no lo volverían a llamar y así no tendría que ir. Pero a los pocos días le entraron los remordimientos, y encendió el teléfono. Aproximadamente a la hora, recibió una llamada. Rehabilitación. Le habían estado llamando y no habían conseguido contactar con él. El lunes empezaba.
Rehabilitación... Había oído aunténticas barbaridades de los fisioterapeutas (Que si hacían mucho daño, que te hacían llorar...). Bastante mal lo había pasado con la escayola, como para que, encima, tuviera que ir a sufrir a ese lugar. Por eso no quería ir, pero estaba de baja, y no podía escaquearse más.
El lunes llegó. Una chica le estuvo haciendo ejercicios para mover mejor la mano. Al menos no dolía. Miércoles, víspera de Nochevieja, último día de la semana. Vuelta el siguiente lunes con una nueva fisio. Otra vez a empezar de nuevo con lo que le había costado.
Lunes siguiente. El Paraíso. Quizá Dios sí existía. Martes, noche de Reyes. O ahora o nunca, con mucha sutileza y muy bajito el chico de Ecuador pregunta:

- ¿Cuándo me dejas que te invite a un café?
- ¿Para qué quieres invitarme a un café? -responde prácticamente al instante ella. Levanta la vista de la mano. De su mano. La que ella trata con sumo cuidado. Sus profundos ojos negros le atraviesan el alma y él puede darse cuenta de que ella está viendo en su interior, en lo más profundo de su ser.
- Pues... -duda sobre cual es la mejor respuesta- No sé, para conversar.
- Lo que tengamos que hablar, lo hablamos mejor aquí, ¿vale?
- Vale.

Se pone rojo y mira hacia el suelo. Silencio incómodo.

La he cagado, bien cagada
. Ahora ella va a pensar que sólo quiero invitarla para conseguir algo más... Y bueno, sí es cierto que quiero algo más. Quiero conocerla
de verdad porque... Me ha cautivado.


Próximamente...V.2