Lovers in Venice

Te propongo un juego: Perdámonos en Venecia.

Hagamos como que no nos conocemos, como si fuéramos dos desconocidos por la Serenísima. Que nuestras miradas se crucen entre la gente que abarrota la ciudad. Quizá me acerque a tí, pero no mucho, mantendré las distancias...

Paseo por sus callejuelas, tú me sigues, pero no tengo miedo. Es un juego. El cazador acecha a la presa, pero de repente, tú no estás. Te perdí el rastro. De pronto te avisto, a lo lejos. Atravieso el puente y entro en el bar...


Una muchedumbre de gente y neblina de humo de tabaco recibe mi llegada. Te escondes al fondo de la barra. Lentamente me dirijo hacia tí. Percibes mi presencia y te giras. Sonríes con encanto.
- Te estaba esperando -. Tu voz grave inunda el local.

- ¿A mí? -. Fingo hacerme la sorprendida.
- Sí -. Rozas mi mano, suavemente-. A tí.

Pedimos una copa. Hablamos y hablamos. Nuestros cuerpos se van acercando, sentimientos que rebrotan. Salimos a la calle. Un beso fugaz sobre el canal. Quizá acabemos pasando la noche bajo las mismas sábanas...


Nothing_but_Love_by_HelloFroggy
(devianART)

Shut up!

A veces estaría mucho mejor callada. No sé porque extraña razón, en algún determinado momento acabo soltando lo primero que me pasa por la cabeza sin pensar. Evidentemente esto me ha creado más de una situación comprometida y algún que otro malentendido... Oigo las palabras sabias de mi madre resonando en la cabeza y reflexiono sobre ello: Tengo que aprender, madurar, tener picardía y saber callarme cuando es necesario.

Por eso pido perdón a todos los que herí sin querer. Porque cuando esto pasa, muchas de las cosas que digo, en realidad ni las siento, ni las pienso. Es un defecto muy malo que tengo y he de corregirlo.



"Hay tres cosas que no vuelven atrás: La palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida"




just shut up_by_aasiek
(devianART)


Time Is Ticking Out

Ir a un concierto en otra ciudad puede no ser tarea fácil. Sobre todo cuando hay que organizarse entre varias personas. Lo fundamental es que el viaje salga adelante. Si es así, nos daremos con un canto en los dientes.

Y si, a pesar de los pequeños "inconvenientes" que pudieran surgir (Véase: Trenes que no paran en su estación, habitaciones con olor a barniz, camareras amnésicas, colas que no sabes dónde empiezan o dónde acaban, técnicos de sonido chapuzas, pipaspalpájaro y un largo etc), disfrutamos del concierto, TODO merece la pena.
Bueno, del concierto, y del resto, porque, al fin y al cabo el viaje a Ítaca se disfruta en la travesía.

Porque, no nos engañemos, a pesar de estas pequeñas nimiedades, lo importante es estar en buena compañía.


Y como diría la Dolores... A otra cosa, que Time is ticking out ;)










PD: Gracias


Después de todos estos años...

Una pesadilla, una broma de mal gusto. Una paranoia surrealista.

Eso es lo que parece.

Después de todo este tiempo, de todos los momentos vividos: Las risas, los llantos, las confidencias, los mosqueos, las fiestas, las fotos, los regalos, los viajes, los emails, los cafés, las cenas... Después de infinidas de cosas que no se pueden contar. ¿Así me pagas nuestra amistad?

Atente a las consecuencias. No doy segundas oportunidades.


A la mierda tú y la puta farsa que te has montado.




Nunca una canción reflejó también una situación. Una experiencia. Un sentimiento.






V_2

Año Nuevo, turno nuevo. Después de haber pasado tres meses de tarde (mira que costaba, pero al final se había acostumbrado al horario), pasaba al turno de mañana. De nuevo madrugones, evitar acostarse tarde, la bendita siesta, tener las tardes libres... Pero, al fin y al cabo, era trabajo, y no estaban las cosas como para quejarse. Además, le gustaba lo que hacía y disfrutaba con ello.
La semana empezaba bien, después de Nochevieja, se encontraban en la última semana de Navidad así que, en principio, el trabajo se preveía tranquilo.
Y así fue, el lunes, los pacientes se habían hecho a la idea de que tenían nueva fisio, y se mostraban receptivos a los cambios. Incluso el chico sudamericano que no la miraba, un tímido al que había que sacarle las palabras con sacacorchos.
El martes todo seguía su curso, la máquina de las corrientes seguía sin funcionar (lo cual no era ninguna novedad, pero los del cable habían prometido mandar uno nuevo), la gente hacía su rehabilitación y se hablaba del Roscón de Reyes y de los regalos que se esperaba que llevasen Sus Majestades de Oriente a los hogares.

En algún momento entre la movilización de la metacarpofalángia y la interfalángica del primer dedo de la mano izquierda del chico joven, éste le preguntó que cuándo podía invitarla a tomarla un café.
Parada en seco. ¿Había oído bien? Sí, había oído bien.
Bueno, al fin y al cabo no era tan raro. Durante la rehabilitación se tiene mucho trato con los pacientes, y, en general quedan muy agradecidos del trato recibido. Así que no era la primera vez que la invitaban a tomar un café. Lo que sí constituía una novedad, era que un paciente la invitara a los dos días de haber empezado el tratamiento.

No, no iba a caer en tentaciones, era una profesional y se comportaría como tal
. Miró al chico a los ojos. En sus palabras y en su mirada había algo más y no tenía ninguna intención de averiguar qué era.




V.1

No quería ir, por eso cuando le avisaron, apagó el móvil. Si lo tenía apagado, no lo volverían a llamar y así no tendría que ir. Pero a los pocos días le entraron los remordimientos, y encendió el teléfono. Aproximadamente a la hora, recibió una llamada. Rehabilitación. Le habían estado llamando y no habían conseguido contactar con él. El lunes empezaba.
Rehabilitación... Había oído aunténticas barbaridades de los fisioterapeutas (Que si hacían mucho daño, que te hacían llorar...). Bastante mal lo había pasado con la escayola, como para que, encima, tuviera que ir a sufrir a ese lugar. Por eso no quería ir, pero estaba de baja, y no podía escaquearse más.
El lunes llegó. Una chica le estuvo haciendo ejercicios para mover mejor la mano. Al menos no dolía. Miércoles, víspera de Nochevieja, último día de la semana. Vuelta el siguiente lunes con una nueva fisio. Otra vez a empezar de nuevo con lo que le había costado.
Lunes siguiente. El Paraíso. Quizá Dios sí existía. Martes, noche de Reyes. O ahora o nunca, con mucha sutileza y muy bajito el chico de Ecuador pregunta:

- ¿Cuándo me dejas que te invite a un café?
- ¿Para qué quieres invitarme a un café? -responde prácticamente al instante ella. Levanta la vista de la mano. De su mano. La que ella trata con sumo cuidado. Sus profundos ojos negros le atraviesan el alma y él puede darse cuenta de que ella está viendo en su interior, en lo más profundo de su ser.
- Pues... -duda sobre cual es la mejor respuesta- No sé, para conversar.
- Lo que tengamos que hablar, lo hablamos mejor aquí, ¿vale?
- Vale.

Se pone rojo y mira hacia el suelo. Silencio incómodo.

La he cagado, bien cagada
. Ahora ella va a pensar que sólo quiero invitarla para conseguir algo más... Y bueno, sí es cierto que quiero algo más. Quiero conocerla
de verdad porque... Me ha cautivado.


Próximamente...V.2