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- ¿Qué has dicho?
- Pues eso: Cabeza-sin-pipo.Me acerqué al libro en cuestión que estaba leyendo mi primo, ya dudaba si me estaba tomando el pelo de nuevo o es que realmente decía la verdad. Y sí, lo ponía, bien claro: Cabeza sin pipo.
Ojeé la tapa. "El Gran Libro de los Insultos". Ideal para un chaval de 10 años. Volví a abrir por una página al azar: Cenutrio.
Lo que empezó siendo una risa contenida, acabó en un ataque de risa en toda regla en plena zona de libros del centro comercial. Se nos saltaban las lágrimas y nos dolía hasta la barriga. Mi primo no pudo evitarlo y se fue corriendo (libro en mano) a mostrar tal descubrimiento a su padre, que estaba en la otra punta. Acto que irritó a la dependienta, que regañó a mi primo a la vuelta. Pero él ni se inmutó. Seguía desternillándose de risa.
- Cabeza... sin... ¡PIPO!... ¡Jajajajaja!
Cuando al fin recobramos la compostura, colocamos el libro en su estante y nos marchamos. No pude evitar mirar hacia atrás, sólo por un momento, a la dependienta. Tenía el libro en sus manos y una sonrisa en su cara.
PD: Creo que se lo voy a regalar por Navidad ;)
Aunque no lo parezca, me encanta la Historia. Y si es Historia Antigua, mucho mejor. Sí, yo era de esas chicas raritas que disfrutaban en clase aprendiendo sobre nuestros antepasados. No me perdía una lección y aprobaba la asignatura con buena nota.
Por eso siempre que puedo escaparme a algún sitio, no lo pienso dos veces. Disfruto viajando. Todos los que me conocen saben que adoro los sitios donde hay restos arqueológicos. Soy feliz perdiéndome entre las ruinas e imaginando como vivían aquellas personas. ¿Qué hacían?, ¿Con qué se divertían?, ¿Pensaban alguna vez en el futuro?...
Tantos siglos de por medio, pero, en el fondo no somos tan diferentes. ¿Verdad?
Apenas serían las siete de la tarde, pero el cambio de hora y la lluvia copiosa que llevaba cayendo sobre la ciudad durante todo el día, hacían de aquel viernes, más oscuro de lo que parecía. Viernes, claro. Las calles rebosaban viandantes, coches. Y agua, cómo no.-Algún día escribiré sobre los días de lluvia... -decía ella mientras intentaba esquivar a la gente- Y también sobre personas que en estos días se convierten en auténticos psicópatas con paraguas disfrazados de despistados viandantes.- Pues escríbela. -Él siempre práctico.- Sí, debería escribir algo en el blog... Lo tengo muy abandonado.- Deberías... Escribes bien.- ¡Pero no sé como empezar! Lo he ido dejando, entre el trabajo y los exámenes... Siempre quería escribir, pero no encontraba el momento.- Escribe. Sin más. Escribe lo que piensas, y si no est...- Perdona, ¿qué decías? - Preguntó mientras intentaba colocar el paraguas a modo de coraza de gladiador. La lluvia caía de lado. Y hacía frío.- Digo que escribas. Y si no estás muy segura de publicarlo, puedes guardarlo en borradores.- Es buena idea. Pero... ¿Tú crees que me perdonarán?- ¿Quién?- ¡Pues quién van a ser... Los bloggeros! Los tengo muy abandonados.- Emmm... Creo que sí. Además, en realidad nunca has dejado el blog, simplemente has estado un poco stand by. Lo comprenderán.- Sí... Debería escribir sobre los... ¡Au!- ¿Qué pasó?- Nada, que casi me dejan tuerta con un paraguas.