Cuando quiso darse cuenta, era otra vez otoño

Cuando quiso darse cuenta, era otra vez otoño y las hojas volvían a caer de los árboles. Siempre le gustó esta época de año, de hecho era su favorita: Ver los caminos cubiertos con una manta multicolor la llenaba de vida. Rojo, amarillo, marrón... Para ella el otoño no era signo de decadencia, sino de ilusiones y renovación.
Sin embargo, aquel no era el momento de pensamientos idílicos. Estaba allí con un objetivo muy concreto. Caminaba por el sendero del bosque con paso firme, sin miedo, aunque en su interior se mantenía alerta permanentemente. Sus pisadas resonaban en silencio, y, aunque había luz de sobra, no podía evitar sentirse sobrecogida por la quietud del lugar. Era una lástima no poder disfrutar del paisaje, ver como el sol se colaba entre las ramas de los árboles a medio desnudar... Pero al fin y al cabo era su trabajo, y debía concentrarse.



Casi las nueve de la mañana. Parada del autobús de las afueras de un pueblo cualquiera de montaña. Cuando llegó allí no observó nada fuera de lo normal. Apenas nadie por la calle a esas horas. No llevaba micro para no levantar sospechas, pero sí pistola. No era partidaria de usarla, pero por si acaso la cosa se ponía fea, la ocultaba en un costado bajo su abrigo... Oyó el motor de un coche que se acercaba. Eran las nueve en punto. El Renault Clío azul se detuvo a escasos metros de ella sin apagar el motor. Montó. Sabía de sobra quienes eran los ocupantes del vehículo.


Los dos terroristas más buscados por la policía la saludaron con un apenas perceptible movimiento de cabeza. Prosiguieron su camino sin dirigirse la palabra.


Años de intenso estudio, seguimiento, muchas noches de vigilia, y sufrimiento... El suyo era un trabajo muy peligroso, pero sabía que tarde o temprano tanto esfuerzo daría sus frutos. Había conseguido infiltrarse en la organización sin levantar sospechas, aparentemente se convirtió en uno de ellos, y así fue como conoció la idea del atentado. Afortunadamente todo estaba a punto de terminar, al llegar al punto concreto, sus compañeros estarían esperándola, les pillarían por sorpresa y al fin los detendrían.


De repente se sobresaltó. Habían girado en una intersección, cuando el camino que debían seguir era todo recto. Apenas llevaban media hora de recorrido.



-¿A dónde vamos?- preguntó intentando parecer tranquila.
-A echar gasolina. -contestó con voz seca el que conducía.



No le gustaba. Respiró hondo, no debía perder los nervios... Aquello iba mal. Por esa zona no había ninguna gasolinera. ¿Qué podía hacer? Si al menos hubiese llevado el micro para comunicarse con la central...

Otro volantazo. Un claro en el bosque. El coche se detuvo bruscamente. La sacaron a empujones.
Intentó mantener la calma. Pero era imposible. La habían descubierto y ahora iban a matarla.

-¿Qué te creías?, ¿Qué ibas a venir con nosotros "de Fallas"? -dijo el conductor, el más fornido -¿Pensábaís que no nos íbamos a dar cuenta, que no sabíamos quién eras?
-Jejejeje -rio el otro, delgado y bajito.


Silencio.

- ¿No vas a decir nada, zorra?


Les sostuvo la mirada. No iba a darles el gusto de que la vieran temblar de miedo.


- Abre atrás- dijo al enclenque- Vamos a enseñarla su regalo.

La socarronería con la que dijo aquello le hizo prepararse para lo peor. Cuando abrió el maletero, no pudo creer lo que vio. Allí estaba amordazado, Roberto. Polícia también, compañero de trabajo y además, amante. La ropas rasgadas y un reguero de sangre cubría la lona. Empezó a temblar...


- Ahora te toca a tí.


Se puso de rodillas de espaldas a ellos. Las hojas marrones del olmo crujieron al apoyarse, hicieron que sintiera menos el frío del suelo.


-
Tú y todos los tuyos tenéis los días contados. Nosotros somos el futuro... Jamás podréis pillarnos, ¿me oyes?


Disimuladamente, agarró la pistola. Contó mentalmente hasta tres. Se giró.



Dos tiros sonaron al unísono. Dos personas caían al suelo y una tercera huía.





En memoria de Raúl Centeno y Fernando Trapero.
¿Hasta cuándo vamos a seguir así?
¡Basta ya!




Ðũļċe Ŀōςϋra




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31 confesiones:

Anónimo dijo...

Tremenda historia con un final inesperado e inquietante... ¿Como acaba? Espero que algún día nos lo cuentes.
Horrible realidad la que hemos vivido estos días, me uno a tu grito: ¡basta ya!.

Anónimo dijo...

Un relato con crudeza que nos viene recordando lo ocurrido hace muy pocos días.
La historia en sí está perfecta. Incluso el final: no lo puedes dejar más abierto. ;)
La descripción del otoño me gusta mucho y todo en general es ameno y de fácil lectura. :)
Gracias por la frase que nos has dejado esta semana.
Un beso.

P.D.: No sé si serán cosas mías o qué, pero quizá deberías mirarte los "laísmos/leísmos".
Otro beso.

Alberto dijo...

Me ha sorprendido el final. Desgarro y crudeza en tus letras.
un abrazo.

Navarro dijo...

Un sobrecogedor homenaje para estos guardias civiles. ¿Hasta cuándo durará la pesadilla?
Esas mentes enfermas y asesinas no tienen alma, tiene un cuchillo entre sus cenizas de polvo, dícese cerebro...
Un beso!!!

Amorexia. dijo...

un uyyyy! te basta?

saludos desde mi hora mas oscura

Jara dijo...

Tras los días pasados que te puedo decir... que tu historia refleja una parte de todo ello deseando que alguna vez acabe, pero me temo y no sé porqué que no quieren que sea así.. en fin ideas a parte.

No pensé que saliera este tema con esta frase, es lo bueno de que sean tan abiertas, que dará lugar a mil puntos de vista diferentes.

Hacía mucho que no se te veía por aquí, así que espero que podamos seguir leyéndote.

saludines.

Unknown dijo...

Fuerte historia...me dejaste sin palabras.
Abrazos enormes

Rodavlas dijo...

Joder... que intriga y que final...

Saludos¡¡

Ignacio J. Borraz dijo...

Hola Dulce Locura,
me ha sorprendido encontrar un inicio del cuento muy semejante al mío tanto en la descripción del bosque otoñal como la presencia de una pistola.
Creo que nuestr@s mus@s se tomaron un café junt@s antes de visitarnos jejeje
Me ha gustado mucho que hayas aprovechado el cuento para realizar denuncia sobre algo bochornoso que sigue ocurriendo en nuestro país.
Felicidades por el cuento, es crudo y directo, como debe ser un cuento con ese trasfondo desde mi punto de vista.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ojala hubiera sido así como en tu historia, y los dos cuerpos abandonados y mal heridos que cobigan las balas del odio, hubieran sido los de ellos, los que matan en nombre del terror...
No he podido evitar ir sintiendo a la vez que iba leyendo...

A veces no veo el fin, pero lo presiento...

Algún día acabará

Carabiru dijo...

Vaya, me ha impresionado.
Me imagino que el que escapa es uno de los terroristas...

Salu2

Esscarolo dijo...

Hola, Dulce.

Vaya, muy sorprendente, cómo va cobrando intensidad hasta que la muerte literaria se hace real. Me ha gustado.

A ver si todos unidos acaban con ETA, que todavía hay quienes le ven un aura rebelde al independentismo, al nacionalismo y al patriotismo. Eso debería acabarse.

Besos :)

Anónimo dijo...

Se carga a los terroristas y Roberto huye!!! Prefiero pensar eso que otra cosa la verdad.

Me ha gustado mucho la historia. Me ha recordado a "Lobo", es jodido tener un curro así eh ufff.

Enhorabuena!! Y me uno a tu grito de BASTA YA!!

Mj dijo...

Con tu final abierto( por cierto, gracias por la genial frase ) yo me imagino un "deus ex machina": aparece un tercero ajeno a la historia que soluciona todo. Él huye ,los terroristas caen, ella se queda de piedra.

Peliculera que es una ;)

Marisela dijo...

Gracias por la frase y por el apoyo que prestas con tu relato.
Me toca muy de cerca y es bueno sentir el calor de las personas que quieren que por fin esto acabe de una vez
¡Basta ya joder!
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me ha parecido una historia muy, pero que muy buena. Desde la primera línea hasta el "en memoria de" final.
Con respecto al final... quiero pensar en que los disparos salieron de su arma y no de la de otros y que ella es quien huye del escenario... Que tal y como está el mundo, me niego a creer otra cosa...

Besotes y a aplausos a montones.

P.D. Y también, muchas gracias por una de las mejores frases que hayamos podido tener en Cuentacuentos (o al menos para mí lo es...)

Pedro dijo...

Tremendo. Lo has contado tan bien que sentía miedo y rabia. Poco más puedo añadir, salvo sumarme a ese ¡Basta ya!


Un abrazo,

Pedro.

Pugliesino dijo...

Ojalá le estallase el arma en plena cara quemando en carne viva tanta cobardía.
Me alegro mucho de tu retorno y con frase tan linda. Frente a la locura de la sinrazón no viene nada mal la dulce locura de los cuentos.Una historia en donde ternura y el duro horror de la realidad se mezclan en un relato que refleja la crueldad,la frialdad,el odio,y sobre todo la fina línea que separa la vida de la muerte.
Un relato cuyo final lo bordas!
Un abrazo!

EleN dijo...

Me encanta como narras. Un relato duro y desgraciadamente real. Ojalá acabe esto.
Besos

Jan Lorenzo dijo...

Ufff... Cuanta dureza mi niña... Aunque tristemente a veces la realidad supera con creces a la ficción, y cuando más duele es cuando pagan personas inocentes...

Muy dura, pero muy buena.

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Drecik dijo...

Un buen homenaje. Ojalá nunca hubiera que escribir cosas así.

Un saludo

Anónimo dijo...

muuy bueno!!! con un final (al menos para mí) esperanzador (o como se diga). hay que acabar como sea con todos esos asesinos.

sevemos

AdR dijo...

Gran homenaje, no sabía que el relato iba a derivar en ese desarrollo y final. Narras y dialogas muy bien entre personajes.

Besos

Verónica Wong dijo...

Los pelitos de punta que me ha puesto...

Un beso!

Victoria dijo...

:_(

Me has emocionado.
Y además, esa canción... Jo.

Bea dijo...

Nuevo diseño y nueva dirección para el 2008

Feliz navidad y próspero año nuevooooo.

Besazos!!!

Jause dijo...

La historía es muy buena,y el fian es impresionante, no me lo esperaba.Me encanta tu narración y espero pasarme mas por este blog, sigue deleitamdonos con tu arte.

Juanjo Montoliu dijo...

Hoy no vengo con tiempo para leerte. Vengo a desearte Suerte, y ¡Feliz Navidad!

Besos.

Tamaruca dijo...

Impresionante tocaya, se nota que cogiste la frase con ganas :)

Un besazo enorme y a toda prisa, hasta Reyes no paro, a ver si podemos hablar antes de que me vaya a Roma, mmuaa..

Popi dijo...

Guau! Esto es lo que llamo yo un relato pegatina, porque engancha.(Lo sé, muy malo mi humor a estas horas)
Sobre el tema... qué decir, que ya cansa. En mi city se cargaron a siete nacionales y aún hoy, cuando paso por la comisaría(vivo en la misma calle) y veo a un hermano gemelo de los que asesinaron, me recuerda aquella desgracia. En fin, espero que los putos políticos y los putios terroristas dejen de jodernos con sus putas gilipolleces y arreglen este tema, anacrónico ya en este país.
Un beso dulce guapa, y decora bien el arbolito, eh?
;)

Juanjo Montoliu dijo...

Ahora vuelvo y te leo, y me gusta el relato. Para mí, el final está claro, pero cómo se llega no lo está tanto, y eso es el toque de calidad que tiene.

Besos.