De entre todos los momentos surrealistas vividos en el trabajo (que, dicho sea de paso, han sido unos cuantos), cabe destacar el acaecido en el día de hoy. Este "incidente", sin duda, ha superado todos los pronósticos por ser algo totalmente inesperado y divertido en un día que pretendía ser monótono y aburrido.
Eran las ocho y media de la mañana. Tenía sueño, mucho sueño. Había llegado hace un rato y me encontraba sentada haciendo unos papeles mientras el resto de la gente llegaba. Estaba imersa en la burocracia de la Sanida Pública, cuando, de repente, oigo un grito de mi compañera de trabajo y su voz entrecortada llamándome porque había un nosequé debajo de una máquina. Supuse que sería un bicho inofensivo, tipo cucaracha, moscardón, saltamontes o algo por el estilo.
Cuando llego a la sala donde estaba mi compañera, abro los ojos como platos cuando me dice que lo que hay detrás de la máquina es un gato. Sí, sí, un gato. No me digas como se ha podido colar y meterse debajo, pero ahí está. Y a ver que hacemos porque a mí me dan mucho miedo.
El minino en cuestión, con sus pupilas dilatadas nos miraba con ojitos asustados. Hubo varias propuestas, cada cual más descabellada: Llamar al jefe, llamar a los de la asociación protectora de animales, al ayuntamiento e incluso a los bomberos. Pero, de cinco personas que en ese momento estábamos presentes, a nadie se le ocurrió algo tan simple como intentar sacar al gato de debajo de la máquina. Visto que nadie se atrevía a ello, me puse manos a la obra. Y entre exclamaciones de cuidado, que te va a arañar; poco a poco conseguí que se ganara mi confianza y se dejara agarrar. Acto seguido le solté por la ventana sin ningún tipo de incidente.
La mayor sorpresa que me llevé fue al darme cuenta que era un gato carey precioso. Sonriendo pensé... "¿Habremos sido bendecidas?"
11 confesiones:
mmm si trabajas por donde yo creo...sé de donde es el bicho!! xD
Un besazo!
En la facultad viven bastantes gatos, suelen andar corriendo por el cesped que hay hacia el Alfonso VIII, y a veces, aunque pocas, salen de excursión..
si trabajas cerca, igual es uno de ellos
;)
Si llega a ser negro negro... ¡salen corriendo! :D
Oh! Un gato! Jo, me encantan los gatos, pero los tengo alergia, así que me tengo que andar con mucho cuidadito...
:S
(El Alfonso VIII al que se refiere Nebulina es el que pienso yo? :^P)
Owo un gatito… En mí país eso significa que vas a tener Suerte por estos días!
Besotes.
jeje, pues mira esto ya te alegro el dia!! pequeños alicientes que te sacan una sonrisa...
P.D: ¿¿a los bomberos???? xDDDD
Ainss
Qué monada!!!!
Si llego a estar ahí me lo quedo, je je.
Besos.
Saludos
De nuevo por aquí
Será q por esa misma ventana entro
Veo que en la Sanidad hay gato encerrado (aunque sea bonito). El próximo te va a rehabilitación para que le arregles la espalda.
Besos.
Sí, a los bomberos. Cuando dijero eso, me vino a la mente, la típica escena de alguna serie norteamericana de los trabajadores en cuestión rescatando a un pobre minino de un árbol... Aunque, para estrambótica fue la preopuesta de llamar al ayuntamiento. No coment xD
Es cierto, hay gato encerrado. La cruda realidad es que el animalejo venía a rehabilitarse, pero se cohibió ante tanta gente!
A mí sí me gustan los gatos, y no creo que sean símbolos de superstición, los negros, claro. Me parecen animales muy elegantes. Y seguro que te bendijo :)
Besos
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